La viruela. Arma biológica accidental en la conquista española de los imperios precolombinos
11 febrero, 2013 por Portales Medicos
Epidemia de viruela en Tenochtitlán
Epidemia de viruela en el Códice Florentino.
Durante el proceso de Conquista de México junto a los españoles viajaron numerosos virus y bacterias que propiciaron enfermedades a las que los nativos no habían estado expuestos y por consiguiente no podían resistir. Debido al aislamiento de América durante más de cinco milenios las enfermedades provenientes de ganado euroasiático no habían llegado antes. Esto explica el brusco descenso de la población americana en los primeros años de la dominación española.1
Este fue un factor determinante para la victoria española contra Tenochtitlan. En 1520 cayó sobre Tenochtitlan, después del triunfo en la Noche Triste, siendo un factor determinante para su conquista, cobrando las vidas de entre 2 a 3.5 millones de indígenas según historiadores. Muchos aztecas sucumbieron a la viruela llegada con los europeos, como el tlatoani Cuitláhuac, vencedor de Hernán Cortés.
La enfermedad causó severos estragos en toda Tenochtitlan, pues hubo lugares donde fue tan grande la mortalidad que los pobladores no podían enterrar a sus muertos.
La viruela. Arma biológica accidental en la conquista española
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11 feb. 2013 – Viruela: llegó a América en un barco portugués que traía esclavos negros … sin ser infectado en las regiones conocidas de la Nueva España.
La viruela, como enfermedad tiene una larguísima historia en el Paraguay y el resto de América, arma imprevista, pero que vino con los españoles, para imponer su presencia y convertirse en la primera invasión transcontinental de una potencia emergente en aquel tiempo, con arcabuces, la espada y la Cruz y de lo que hablamos, las pestes, como la viruela, la gonorrea, y una secuela llamada Sífilis. Sin embargo en estas últimas décadas pareciera que la enfermedad desapareció.
Pero revisando las crónicas, las informaciones de hace poco mas cincuenta años, encontramos que las vacunaciones obligatorias y permanentes en escuelas y hospitales fueron efectivas. Pero e aquí que el nombre quedó pegado a una realidad tal vez tan antigua como la vida misma, pero que en este tiempo se hace mucho mas visible.
La viruela como enfermedad atacaba preferentemente a niños y jóvenes, y raras veces a los adultos y menos a los adultos mayores.
Pero surgió una aplicación para el nombre para una situación tal vez rutinaria pero pocas veces observada y menos denunciada. Como máximo cuando es detectado por el ojo avizor o la mera intuición se llega a calificar como a la “Vejez Viruela” cuando algunas señoras ya entrada en años, buscan el placer sexual fuera del matrimonio o de la relación oficial que mantiene.
Posiblemente el retiro de la actividad laboral, como la jubilación que sorprende con alguna vitalidad dormida precisamente se despierta y unido a una libertad económica, encuentra ocasión propicia en continuos viajes turísticos muy bien diseñados, para el conocimiento de lugares atractivos, pero ofreciendo espacios de libertad para el aprovechamiento que permiten satisfacer las sensaciones dormidas de esa viruela tardía.
Claro que para ello se debe contar con la contraparte, es decir los galanes que a su tiempo van preparando el terreno, y se ufanan al mismo tiempo que es más fácil seducir a personas mayores que no quieren perder el último tren que conduce a la supuesta felicidad. Y hasta lucran con ello porque se hacen pagar, viajes y vicios por la picada de viruela.
Cualquier parecido a la vida real es solo producto de la imaginación.