Días después del encuentro entre el Presidente y el Papa, un grupo que enlaza la figura de Francisco con la de Perón y claramente “anti-macrista” entrevará un documento al Vaticano advirtiendo sobre la situación social en Argentina.
Se trata de “Los Laudatos”, una suerte de cofradía- peronista, que toma como guía al Papa Francisco.
Laudatistas. Politicos empresarios y sindicalistas se reunieron y presentan el documento “El Modelo Argentino y la Laudato Si”. (Maxi Failla)
El escrito será entregado por Fernando “Pino” Solanas, durante un encuentro que mantendrá con el Sumo Pontífice en el Vaticano.
“Ponermos la Patria al hombro. Declaración del Bicentenario”, se titula el texto donde señalan que durante los últimos tiempos “en la Argentina se profundizó la dependencia, el endeudamiento externo, la desindustrialización, y la entrega de los bienes y recursos propios, al costo de una generación diezmada”.
Y proponen, entre varios puntos, “concebir y desarrollar una nueva organización social que encolumne a los militantes y cuadros auxiliares de conducción en la tarea de fomentar el encuentro entre los argentinos, enfrentar la cultura del descarte, luchar por la reconstrucción y defensa de la soberanía nacional y la independencia económica dentro de una comunidad inclusiva donde se pueda convivir fraternalmente”.
EL DOCUMENTO COMPLETO:
“Ponernos la Patria al hombro”. Declaración del Bicentenario”.
Al Pueblo Argentino. A todos los hombres y mujeres de buena voluntad. LA ETAPA ACTUAL:
“Interpelados como nunca antes en la historia por el destino de la Humanidad y nuestra casa común, y por el despojo del patrimonio argentino, nos convocamos e invitamos a los argentinos a buscar un nuevo comienzo, a realizar la experiencia de una conversión personal y colectiva, emancipándonos de los residuos culturales de una modernidad agonizante basada en el consumismo desenfrenado y el rédito inmediato, que es urgente cambiar en pos del reencuentro con los valores esenciales del ser humano.
Estamos inmersos en una crisis civilizatoria, en el cambio de una época y en una nueva revolución científica y tecnológica sin precedentes. Hay amenazas que asoman vinculadas a nuestra situación geopolítica y a la crisis medio ambiental, así como a los posibles acuerdos de libre comercio (Unión Europea y Acuerdo Transpacífico). Y más grave todavía, la posibilidad de que se incremente lo que el papa Francisco ha dado en llamar la tercera guerra mundial en fases, impulsada por la disputa de territorios y fuentes energéticas.
Estas son las principales manifestaciones de la sociedad del despilfarro. Inmersos como estamos en ese proceso, nos llegan advertencias sobre acciones que buscan involucrar a nuestro País en la confrontación, escenario ideal para la industria multinacional que vive de las guerras y aumenta sus ganancias fabricando conflictos y armamentos.
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Como reflejo de la situación global, se está produciendo un brusco cambio en los alineamientos regionales. En coincidencia con ellos, se ha instalado en nuestro País un gobierno en cuyo seno crece una concepción tecnocrática del estado, persistiendo en imponer la teoría del derrame con sus graves consecuencias de concentración económica y exclusión social que ya son evidentes.
En situaciones similares, el Pueblo Argentino alumbró grupos inspirados por el patriotismo y el sentido común, que fueron capaces de realizar la tarea de unificación popular con elevado espíritu de servicio. Las fuerzas dispersas del Movimiento Nacional hoy requieren de una conducción que nos provea la imprescindible estrategia de conjunto y mantenga la unidad de doctrina para los desafíos del presente y del futuro. Este es el propósito al que queremos coadyuvar.
Se impone explicitar y actualizar las causas. Toda refundación se origina en razón de una necesidad y tiene una finalidad. En su retorno definitivo a la Patria y en el marco de una grave crisis, Perón convocó a la unidad nacional de todos los argentinos –trabajadores, empresarios, partidos políticos, artistas, científicos o ciudadanos comunes- para cortar la subordinación neocolonial.
En su histórico discurso del 1° de mayo de 1974, ante el Congreso planteó: “Existen dos únicas alternativas: neocolonialismo o liberación”. Y definió la liberación en lo político, económico, socio-cultural; en lo científico-tecnológico y en la preservación ecológica.
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Por el contrario, en la Argentina se profundizó la dependencia, el endeudamiento externo, la desindustrialización, y la entrega de los bienes y recursos propios, al costo de una generación diezmada.
HACIA UNA NUEVA ETAPA
Necesitamos concebir y desarrollar una nueva organización social que encolumne a los militantes y cuadros auxiliares de conducción en la tarea de fomentar el encuentro entre los argentinos, enfrentar la cultura del descarte, luchar por la reconstrucción y defensa de la soberanía nacional y la independencia económica dentro de una comunidad inclusiva donde se pueda convivir fraternalmente.
Es en el “subsuelo de la Patria” donde se asegura el punto de apoyo vital para garantizar la paz y preparar el futuro despliegue de una democracia social y participativa con un Estado democrático que posibilite la revalorización de lo local, y una administración ejercida con ética pública para la integración continental con la Antártida, Islas Malvinas y del Atlántico Sur, y con la Patria Grande profundizando el Mercosur, la Unasur y la Celac.
Convencidos, según nos enseña la encíclica Laudato Si´, de que “el tiempo es superior al espacio”, que siempre “somos más fecundos cuando nos preocupamos por generar procesos más que por ocupar espacios” y que “la grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo”, nos comprometemos a rescatar el proyecto emancipatorio de Perón, con sus tres banderas fundantes –independencia económica, soberanía política y justicia social-, e incluir como cuarta causa el cuidado de la naturaleza y de la Casa Común.
En consecuencia, nos planteamos las siguientes acciones:
1. Constituirnos en una comunidad basada en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional de Juan Perón, en la encíclica Laudato Si´ y en el papa Francisco, guía misionero y ecuménico al servicio de la humanidad.
2. Recuperar la soberanía energética y los recursos estratégicos, revisando las lesivas concesiones petroleras, y el rol de las empresas de servicios públicos, y reconstruyendo los ferrocarriles y la flota mercante.
3. Redistribuir la riqueza con equidad social, generar empleo registrado y estable e incorporar al tercio de la población “descartada”
4. Industrializar el país capitalizando la riqueza y el trabajo argentinos. Y para crecer desde lo nuestro, tener una política de desendeudamiento público; fomentar a las economías regionales, y a las Pymes incentivando especialmente su potencial exportador.
5. Exigir al Estado que garantice la seguridad, luchar contra el crimen organizado, las mafias y el narcotráfico, confiscando los bienes mal habidos en beneficio de la sociedad.
6. Defender el agua, la tierra y la naturaleza, promoviendo el cambio cultural y la ecología integral.
7. Desplegarnos como red de redes, vinculándonos con una fluida comunicación, para mantener la unidad de concepción y reunir la masa crítica suficiente con el doble objetivo de promover una conducción y desarrollar una organización de base protegida de la inmediatez política.
8. Trabajar para conformar el Concejo para el Proyecto Nacional, como lugar de encuentro del conjunto de las fuerzas sindicales, políticas, sociales, productivas y culturales, que forman parte del Movimiento Nacional en su nueva etapa en ciernes.
9. Propiciar una red de comunidades en base a organizaciones populares, pues a los problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con la mera suma de bienes individuales. Una cadena de comunicación que asegure la paz social en el repliegue y constituya la primera línea que ordena la marcha en el momento oportuno.
10. Y finalmente, convocar a todos los dirigentes políticos y sociales que concuerden con el espíritu de este documento a sumarse a esta gesta, para dejar constituido un método de coordinación.
Porque, como dice el Padre Francisco: “…pensando en el bien común, necesitamos que la economía y la política se coloquen decididamente al servicio de la vida…”